Resulta muy fácil ver los defectos en los demás. Ante un problema solemos cargar la culpa sobre el resto de las personas y con eso nos consideramos ya libres. Sin embargo, abundan los casos en que no podemos exentarnos de culpa. Hay ocasiones en las que a nuestros ojos "claramente" la culpa recae en espaldas ajenas, y aun en esos casos si miramos desde más alto quizá descubramos que también nos corresponde parte de la culpa. En realidad, conocer la verdad está fuera de nuestro alcance, pero es importante reflexionar si la culpa en un problema la tiene uno mismo.
Quien piensa que la responsabilidad por no poder lograr algo está en los demás está completamente equivocado. Ensimismarse puede ser raíz de grandes dificultades.
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